La metáfora que se
encuentra en la encrucijada de todas esas formas de expresión, abre nuevos
caminos y permite nuevas esperanzas.
Se da un momento mágico
cuando en el trascurso del relato de una metáfora el oyente ( y con frecuencia también
el narrador) se identifica con el personaje, poco a poco va aprendiendo a
superar los obstáculo que le impiden curarse y crecer.
La metáfora permitirá quitar
importancia a la mente consciente. El narrador accedería entonces más al aspecto
intuitivo, a la espontaneidad, la creatividad, al cerebro derecho, al
inconsciente.
Este relato comienza
penetrando en el mundo interno del
oyente, quien trata de encontrar en ella similitudes coherentes. También nos
permite así recoger el pasado, situarnos en el presente y proyectar la
esperanza hacia el futuro.
¿A quién está dirigida la metáfora?
Los relatos metafóricos
son para todo el mundo: jóvenes, adultos y ancianos.
TODOS tenemos necesidad
de oír relatos y de referirnos a ellos,
no solo para divertirnos, sino también para captar lo que tienen que decirnos,
pues toda historia, cuento o relato nos habla de nosotros, de los demás y de nuestras
relaciones con ellos.
(Recopilado del libro "Cuentos para Crecer y Sanar")
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